Fecha:
30/04/2019
Dos antologías sobre los exilios de Europa desde el siglo XVI y en la Hispanoamérica contemporánea recuerdan la suerte de las víctimas de la intolerancia y las dictaduras
Horizontes del exilio. Elena Díaz, Aribert Reimann y Randal Sheppard (Eds.). Madrid, Iberoamericana/Vervuert, 2018, 383 págs, 36€.
Refugiados, exiliados y retornados en los mundos ibéricos (siglos XVI-XX). José Javier Ruiz Ibáñez y Bernard Vincent (coords.). Madrid, FCE, 2018, 499 págs, 22€.
Cuando miles de hombres, mujeres y niños se juegan hoy la vida, y la pierden desgraciadamente en muchísimas ocasiones, buscando auxilio lejos de sus casas y de su tierra, de donde han sido expulsados por la guerra, la miseria y la represión ideológica, religiosa o política, nadie, ni en la sociedad ni en los gobiernos, debiera sentirse ajeno al problema de los refugiados. Acuciante realidad en nuestros días, los movimientos de población que ahora ellos protagonizan no son en absoluto novedosos en la historia, y reflexionar cómo, por qué y con qué consecuencias se produjeron en otros tiempos constituye un importante objetivo de la investigación histórica, cuyos resultados sin duda no solo pueden redundar en una mejor comprensión del fenómeno, sino ayudar en su abordaje.
Dos recientes publicaciones colectivas responden a este planteamiento, ambas circunscritas al ámbito europeo y latinoamericano, y recogen las ponencias de dos encuentros académicos. La coordinada por Ruiz Ibáñez y Vincent, fruto de las X Jornadas Internacionales de la Historia de las Monarquías ibéricas (Archena, Murcia, 2014), abarca un amplio periodo cronológico (del siglo XVI al XX) y se plantea revisar críticamente la distinta suerte historiográfica de los exilios desde la Edad Moderna.
Tratando de evitar un enfoque emotivo que privilegia a unos frente a otros, busca analizar los rasgos característicos tanto de la huida como del refugio y/o posible retorno de cada exilio, contextualizándolo en la sociedad concreta que lo produjo, para finalmente reintegrarlo en una historia global. En sus veinte capítulos atiende a los exilios provocados por la uniformista imposición religiosa de las diversas monarquías modernas de los siglos XVI y XVII, que afectó tanto a protestantes como a católicos, con especial atención a las peculiaridades del caso de la expulsión de los moriscos de España en tiempos de Felipe III y, singularmente, a lo sucedido en el valle de Ricote (Murcia) como muestra excepcional de solidaridad. Asimismo, constata cómo los conflictos sociales derivados de las orientaciones políticas del nacionalismo, con su deseo de uniformidad, provocarían nuevas y diferentes oleadas de destierro en los siglos XVIII y XIX.
Salvar la vida. Por su parte, el libro que editan Díaz Silva, Reimann y Sheppard ofrece los resultados del Congreso Nuevas Aportaciones al Exilio (Madrid, 2016) y aborda las experiencias de las migraciones originadas por motivos políticos entre Europa y América Latina durante el siglo XX. En catorce artículos se recoge el renovador trabajo de un grupo internacional de investigadores universitarios que analizan el fenómeno individual y colectivo que supone abandonar el propio país para salvar la vida de la persecución política. Lo hacen en torno a cuatro grandes ejes: las redes transcontinentales, los encuentros trasnacionales, los contextos urbanos y las identidades narrativas. Aparecen así, merced a la aplicación de los métodos de la más reciente historiografía, nuevas visiones sobre los tres grandes grupos protagonistas del análisis.
En primer lugar, puesto que es el que hasta hoy ha recibido más atención tanto por su volumen y significación como por su antigüedad, están los republicanos españoles exiliados tras la Guerra Civil, y muy especialmente los refugiados en México. Después, en lo que supone una de las aportaciones más novedosas, están los alemanes, de adscripción comunista muchos de ellos, que llegaron a la república mexicana en la década de los cuarenta huyendo de la represión nazi. Por su parte, el grupo más reciente lo constituyen los argentinos, uruguayos, chilenos y brasileños que, perseguidos por las dictaduras militares establecidas en sus países en los años setenta, hallaron asilo y amparo en la nación azteca. Para todos ellos, diversos en su original punto de partida, el exilio supondría a la vez un choque y una interacción decisivos en la reconstrucción de su identidad, tal como se muestra en estas páginas.