Este es un libro abierto que rinde homenaje al retrato biográfico que tiene una historia no escasa en la literatura hispanoamericana moderna. Consuelo Sunsín, María Asúnsolo, Machila Armida, Ninfa Santos y Guadalupe Marín son esas damas que Fabienne Bradu ha convocado a una conversación en la que dos historias del siglo, la pública y la privada, llevan a cabo sus sabrosas controversias.
Damas de corazón cuenta cinco historias de mujeres sin temor a la complicidad vicaria o a las especulaciones sociológicas. Desde Señas particulares: escritora (FCE, 1978), Fabienne Bradu nos ha enseñado que la literatura mexicana es un cuento incomprensible sin la letra y la imagen de sus creadoras. Y desde Antonieta (FCE, 1991), se sabe que nuestra cultura es un cuerpo amputado si excluye la narración de esos otros cultos –Ia gastronomía, el matrimonio como sociedad pública, el amor– que la Gran Historia omite. Damas de corazón es uno de los primeros capítulos en la escritura de esa otra historia, la historia de nuestras pasiones.
Consuelo Sunsín es la que abre esta ronda de conversaciones. La bellísima salvadoreña que escapa del tedio tropical para convertirse en esposa de Enrique Gómez Carrillo, enamorar a Vasconcelos, y terminar como viuda de Saint-Exupéry, el piloto y escritor cuya desaparición fue tan llorada. María Asúnsolo, la mujer más retratada y esculpida del México moderno, prosigue esta conversación, siendo esa promotora fiel y audaz sin la cual la historia del arte mexicano contemporáneo sería muy distinta. En el México del muralismo, aparece Machila Armida, quien llegó a organizar multitudinarios banquetes para Diego Rivera y sus amistades. Una mujer de mundo que con Fernando Benítez o Alejo Carpentier vivió bien lejos de las convenciones morales. Ninfa Santos reafirma otra leyenda, la de la mujer de izquierdas que convirtió la militancia política en una zona del afecto. Esposa de Emilio Abreu Gómez, recorrió el mundo coleccionando las piezas de una devoción que Fabienne Bradu guarda a buen recaudo. Guadalupe Marín, la mujer de las manos descomunales que se dejó amar por Diego Rivera y Jorge Cuesta, encama en su retrato la lucha por ser la única, ese mito viviente cuya fertilidad es la razón de ser de tantas historias mexicanas.
“Quiero aclarar desde ahora que las cinco mujeres que he reunido en la convivencia de estas páginas no son representativas de ninguna ‘condición femenina’. Son tan singulares y tan excepcionales como las grandes trágicas. (…). Su mayor y mejor creación ha sido su vida misma. Cada una, en distintas épocas, fue un polo en la vida cultural del país por el imán de su belleza, por la gracia de sus palabras, por la transgresión que significaba su estilo de vida, porque las animaba una casi nata curiosidad y una apuesta fundamental por la libertad.”
Fabienne Bradu (Fragmento de la Introducción)
Colección: Vida y pensamiento de México
Formato: 14 x 21 cm., 289 pp.
Primera edición: 1994
Última edición: 1994