Cuando en 1520, durante la expedición de Fernando de Magallanes a las islas Molucas, se nombró a Tierra del Fuego, la designación no correspondía a ningún territorio delimitado. El nombre de ese sitio inexplorado denominaba una región imaginada. Sin embargo, en ese momento se iniciaba su apropiación simbólica y la creación de una identidad que solo será inteligible varios siglos más tarde.
¿Es posible hablar de un lugar llamado fin del mundo? ¿Dónde se ubica y con respecto a qué otro sitio? ¿Se encuentra en la periferia? ¿Es posible proponer el fin del mundo como un lugar central? Para responder estas cuestiones Guillermo Giucci se interna en un complejo entramado de voces que, si bien son ajenas a ese espacio ubicado en el confín austral de América, lo idean y loconstruyen.
Colección: Tierra firme
Formato: 14 x 21 cm., 350 pp.
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