José Moreno Villa publicó este libro, uno de sus ensayos fundamentales, en 1942, época en la que encontró que tal manifestación artística había sido preferida, sin justificación, en el orden de las bellas artes cultivadas en el país, debido a que se le consideraba inferior a la arquitectura y a la pintura. El autor piensa, por su parte, que la escultura es universalmente el arte menos comprendido, desconocimiento que en México se multiplica por ser anónima en su gran mayoría. Al repasar la selección de escultura que hizo para este estudio, observó que durante el siglo XVI el gran foco de producción se localizó en Puebla y la ciudad de México; en el siglo siguiente fue la capital la que dominó, seguida de Oaxaca, y que en el siglo XVII se distinguieron también Guadalajara, Zacatecas y Querétaro.
El imaginero novohispano se inclinó desde un principio por una estatuaria más refrenada y comedida que la peninsular, encabezada por Berruguete y El Greco, ambos de estilo impulsivo en el que la pasión arrolladora hace retorcerse a las figuras, cosa que no se da en la Nueva España ni en los tiempos más barrocos. Esto lo atribuye Moreno Villa a la influencia andaluza en México y al surgimiento del carácter nacional.free spyware apps for cell phones
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Colección: Arte universal
Formato: Empastado; 16 x 24 cm., 110 pp.
Primera edición: 1986
Última edición: 1986