Fecha:
01/06/2017
La importancia de las fronteras ha ido en aumento en la ciencia histórica. Se ha fijado la mirada en procesos de integración y exclusión, de negociación y oposición, el debate sobre identidad y pertenencia, fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales. En este libro, resultado de una de las actividades organizadas por Red Columnaria, los editores reúnen treinta y dos trabajos de investigadores de diez países europeos y americanos, con la pretensión de utilizar los territorios de la Monarquía Hispánica y sus confines como una realidad histórica global. La inmensidad de la monarquía española construyó espacios fronterizos sobre pueblos y culturas muy diversos. Se busca ver tanto lo específico como lo común, y analizar su evolución entre los siglos XVI y XX para poder analizar desde el momento de mayor apogeo hasta su disgregación en entes políticos autónomos. El libro se estructura en cuatro secciones. Las dos primeras están dedicadas a la definición de procesos de identificación o de exclusión y al estudio de los espacios sagrados o jurisdiccionales. En la tercera sección se aborda la cuestión ciudadana como una especie de microcosmos que sirve como objeto de análisis de una pluralidad de agentes y dinámicas. La cuarta y última está dedicada a comprender las fronteras como espacios de intercambio y tránsitos. Incide en la trascendencia de la permeabilidad de las fronteras para seres humanos diferentes, y también para actividades comerciales y financieras, de informaciones e intercambio de ideas, de documentos y prácticas administrativas. Podemos hallar un hilo conductor a lo largo de todo el libro: el estudio de las áreas de frontera y de las ciudades y comunidades que allí se encuentran no puede realizarse prescindiendo del análisis del contexto circundante. Se profundiza y se actualizan conceptos e ideas historiagráficas ya enunciados, en los últimos años, por otros historiadores como Herzog, Gruzinski y Subrahmanyam. La conclusión pone de manifiesto que las investigaciones contenidas en este volumen contribuyen a enriquecer una tradición historiográfica que en los últimos tiempos ha destacado la complejidad que el concepto de frontera implica. En palabras que leemos en la contraportada, este libro nos permite abordar la comprensión de los mundos ibéricos, desde un punto de vista específico y genérico. Mundos que se definieron por oposición a otros, pero también por su influencia mutua. “Un mundo en el que las fronteras podían ser muros, pero, desde luego, tenían muchas puertas”.