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Los hombres de maíz

Fecha:
23/07/2019
Dice el dicho que a las palabras se las lleva el viento. Sin embargo, la historia de la humanidad parece empeñada en llevarle la contraria atancategírica sentencia. Basta pensar en los templos egipcios y sus estatuas y obeliscos colosales, en los templos griegos, en los teatros romanos, en las ciudades mayas y aztecas devoradas por la selva: de todas las grandes construcciones levantadas en duro mármol y sólida piedra, apenas quedan algunos restos convertidos en ruina. Por el contrario, haciendo frente al paso del tiempo y a los vendavales de la historia, sobreviven con milagrosa tenacidad las obras construidas palabra a palabra. Pensemos, por citar solo algunos ejemplos que nos son más próximos y queridos, en la Odisea, en la llíada, en los relatos y leyendas populares contados de generación en generación.

Traigo esto a colación con la mente puesta en un regalo que, en forma de álbum ilustrado, nos llega desde el otro lado del Atlántico, una adaptación del Popol Vuh maya destinada a los niños. Para su autor, Juan Palomino, ilustrador mexicano, escritor y amigo de la filosofia y la poesía, ha debido de ser todo un reto la adaptación del texto y la rcalización de las imágenes del antiguo mito.

Antes del primer día –Premio Internacional de Ilustración en la Feria de Bolonia 2016–, está basado, como decía, en el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas quiché de Guatemala, un compendio de leyendas que contiene los mitos centrales de esta cultura, entre otros, el de la creación del mundo y de los hombres, germen de este álbum. Fue escrito, el Popol Vuh, en lengua quiché, en el siglo XVI, durante la colonización española, para conservar la historia, los conocimientos y las creencias de este pueblo, como una forma de resistencia ante la fuerza del que llega de fuera y pretende imponer otra lengua, otra religión, otra cultura, otra manera de entender el mundo.

El manuscrito original no tiene la coherencia lineal que uno espera encontrar en lo que para nosotros es un relato al uso. Compuesto por un conjunto de textos que narran la historia del pueblo quiché –su origen, la fundación de las ciudades, las relaciones con otros grupos, sus migraciones-, el texto camina sin interrupción desde el principio hasta el final. Así lo explica Adrián Recinos, uno de sus traductores, en Popol Vub. Las antigüas historias del quiché, una hermosa edición bilingüe (español-japonés), regalo, en este caso, de Fondo de Cultura Económica (2016), libro que, para redondear, incluye una nota preliminar del escritor japonés Yukio Mishima, quien lo describe como "obra tan hermosa y digna de ser guardada con amor", y que cuenta con diecisiete acuarelas de Diego Rivera, que lo convierten en un bello libro, muy recomendable para el lector adulto.

En el libro-álbum que ahora nos ocupa, basándose en las traducciones de Adrián Recinos y Michela Craveri, Palomino hace una adaptación de la parte que refiere el origen del mundo; y nos cuenta cómo, mediante el recurso de la palabra, los dioses crean la naturaleza, los valles y las montañas, las plantas y los árboles, los animales que caminan y los que vuelan. Para culminar su obra, creando a los seres humanos, criaturas destinadas a darles sustento.

Los moldean primero en barro; pero, descontentos con el resultado, los tallan en madera. También insatisfechos, pues estos hombres no tienen corazón, ni memoria de quienes les dieron vida, deciden crearlos utilizando masa de maíz. Pero, ahora, los humanos recién creados son demasiado inteligentes y parecidos a sus creadores, y los dioses temen perder el poder que ostentan. Resuelven entonces nublar su vista con vaho, para que solo puedan ver lo que tienen cerca. Por eso, somos los que somos, seres incapaces de comprenderlo todo y, en consecuencia, siempre insatisfechos.

No era tarea fácil adaptar este mito en un libro destinado a los lectores más jóvenes. Pues, como sucede con casi todos los relatos mitológicos, la mejor comprensión del texto exige del lector unos conocimientos que le permitan situar el relato en el marco adecuado. El talento del autor ha superado el desafio acertando a mantener el tono del original, pero dejando, al tiempo, unos espacios de indefinición y de sombra que resultan muy sugerentes.

Dar forma gráfica a la naturaleza, los animales y los distintos personajes que protagonizan este relato asombroso, tampoco era empresa sencilla. El artista mexicano ha evitado las alusiones a las imágenes prototípicas de la cultura maya, las que los interesados en el arte precolombino hemos podido ver en las grandes pirámides, en las esculturas de piedra o en los relieves en estuco, en pinturas murales, piezas de cerámica y urnas funerarias que aún se conservan, en algunas de las cuales han creído encontrar los arqueólogos escenas de la creación del cosmos coincidentes con los testimonios del Popol Vuh.

El propio autor ha explicado que, para su elaboración, partió de formas muy poco bocetadas y, utilizando recursos digitales, jugó con ellas añadiendo manchas, para depurarlas luego hasta dejarIas a su gusto. Obtuvo así unas composiciones, a doble página, muy cuidadas, con meditados encuadres y un juego de texturas distintas para los diferentes elementos: plantas, árboles, animales, seres humanos y dioses protagonistas; en ellas observamos el esfuerzo del autor por actualizar el mito para acercarlo a los lectores de hoy. Imágenes misteriosas y sorprendentes que impresionan por su plasticidad y resultan muy adecuadas para el tipo de narración al que acompañan; y que se nos ofrecen aquí delicadamente capturadas en el preciado cofre de este libro-álbum de bella factura, en el que todos los elementos contribuyen a la construcción del sentido literario de la obra.

Hermosa labor la de salvar del olvido las antiguas leyendas, testimonio de la paciencia infinita de unos soñadores que construyeron su obra no sobre la arena o la dura roca, sino, como escribe Leopold Staff, "comenzando por el humo de las chimeneas”. Bienvenidas sean estas historias de belleza y silencio que narran nuestra perplejidad, el pasmo de seres confusos viviendo en la oscuridad ancesrral del mito.

Acerca del autor:
José Luis Polanco
Revista Peonza

Acerca del libro:
Popol Vuh
Anónimo