Fecha:
26/11/2019
Con este libro del que fuera profesor de historia de América Latina de la Universidad de Haward, John Womack Jr., viajamos al Morelos de principios del siglo XX, donde veremos cómo la posición dominante de los latifundios e ingenios azucareros es disputada durante la Revolución mexicana por una fuerza de campesinos y trabajadores leales a Emiliano Zapata. Desde sus primeros pasos políticos en Anenecuilco por 1909, hasta su muerte en una traicionera emboscada en la hacienda de Chinameca hará unos cien años veremos los pasos del hombre que se convirtió en leyenda para los oprimidos de su tiena. Por sus páginas desfilan los grandes prohombres de la revolución: un Porfirio Diaz ya envejecido, un desafortunado Francisco Madero, el revolucionario general Francisco "Pancho" Villa o un cambiante Venustiano Carranza entre otros. Ellos reconen el libro como secundarios de lujo, pues la lupa del autor está puesta en Zapata y en las razones por las que luchaba: la sed de justicia y el Plan de Ayala, detallado en ruros de los anexos del libro. La ambiciosa reforma agraria, tema que siempre es controverlido independientemente del lugar y momento en que se plantee, continuamente está presente durante los diez años de duras luchas que tienen lugar en Morelos y otros estados del sur como Puebla o Guerrero. Por sus páginas veremos la lucha de las fuerzas zapatistas, en ocasiones en grandes números y otras como pequeñas partidas guerrilleras, contra las tropas federales contrarrevolucionarias. A veces solo, y a veces en concierto con otros movimientos revolucionarios en el norte del país, su lucha es constante y regular. Nos toparemos con las crueles políticas de contrainsurgencia del general, y más tarde presidente, Victoriano Huertas, así como las posteriores del general Pablo González, con medidas como la concentración de población o quema de tierras. Pero pese a esos reveses los corazones y mentes de muchos morelenses que sufrieron estas crueldades siguieron del lado de los revolucionarios zapatistas. Por más que los gobiemos en el centro iban y venían, el espíritu de Zapata y del Plan de Ayala siguió presente en Morelos hasta después de su muerte, como John Womack Jr. nos explica en este libro, basado en la que fuera su tesis doctoral.