Fecha:
24/04/2023
Florecemos en un abismo es un recorrido ilustrativo de su obra // Novedad de la filial del Fondo de Cultura Económica en España
La filial en España del Fondo de Cultura Económica (FCE) publicó una nueva antología del poeta venezolano Rafael Cadenas, quien recibirá hoy en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el Premio Cervantes, convirtiéndose así en el primer escritor venezolano en lograr este galardón, el más preciado de las letras en español.
El libro Florecemos en un abismo hace un recorrido sucinto, pero ilustrativo, de la obra de Cadenas, desde su primer poemario, Una isla, publicado en 1958, hasta En torno a Basho y otros asuntos, de 2016.
Florecemos en un abismo se lanza mientras Cadenas se encuentra en España para entrar al selecto grupo de autores premiados con el Cervantes, entre los que se encuentran algunos de los más importantes de la literatura en español, como Jorge Guillén, Alejo Carpentier, Dámaso Alonso, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y Sergio Pitol.
Cadenas nació en la ciudad venezolana de Barquisimeto en 1930, a pocos kilómetros de donde comienza o terminan los Andes, según se mire. El poeta, por su condición de hombre que se subleva contra las injusticias y por esa vocación temprana por las letras, tuvo dos grandes inquietudes desde su juventud: la de la política, con una militancia combativa en el Partido Comunista de Venezuela, desde la que luchaba contra las severas tiranías que le tocó sufrir en carne propia, arrojándolo durante un tiempo al exilio y al destierro. Y, la segunda vocación, la más firme de su vida, la de la literatura. Pues, como él dice, la poesía está en el lenguaje.
En la antología Florecemos en un abismo se profundiza en su condición de poeta, en esas máximas que forman parte de su literatura y de su vida, como cuando afirma: Soy / apenas / un hombre que trata de respirar / por los poros del lenguaje. / Un estigma, / a veces un intruso, / en todo caso alguien fuera del papel.
Pero también se explica en el prólogo del libro que la militancia política no está necesariamente presente en su literatura, pero sí en sus preocupaciones vitales, con lo que hay una conexión. Así explica el poeta, ensayista y profesor venezolano Arturo Gutiérrez Plaza: “Para Cadenas, la preocupación por la política ha sido siempre central, desde muy joven. Y aunque no ocupa un espacio predominante en su poesía, tampoco ha estado nunca ausente, menos aún en sus inicios… Cuando muchacho, el gobierno dictatorial de turno lo expulsó de Lara, su estado natal, y se vio obligado a culminar la escuela secundaria en la ciudad de Valencia, en el estado de Carabobo. Tiempo después, durante sus estudios universitarios, al participar en una huelga estudiantil contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez, le costó, junto a varios compañeros de generación, algunos meses de prisión y el exilio en la isla de Trinidad”.
La antología cuenta con una selección de poemas de sus libros más importantes, incluidos seis inéditos de su manuscrito Poemas de Trinidad, que se refiere a esa época de exilio político. Pero también de otros textos fundamentales en su obra, como Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Intemperie, Memorial, Amante, Gestiones, Sobre abierto y En torno a Basho y otros asuntos.
En el libro también se hace referencia a esos dos poemas que le han acompañado toda su vida, si bien sólo se incluyó uno de ellos, Fracaso, mientras el otro, Derrota, aparece de forma colateral en los poemas de esa época y en el prólogo, en el que se advierte que ambos textos suponen un cambio de etapa en la vida del escritor. En su larga travesía por las letras, la antología constata sus grandes influencias y maestros, desde Walt Whitman, Michaux, Cavafis, Pessoa, William Carlos William, Rilke, Auden, Donne, Shakespeare, Mandelstam, Dante, Pasternak, Ajmátova y Hölderlin, entre otros.
Así continúa el libro hasta llegar al ocaso de la vida del poeta que, con 93 años y andar inseguro, recibirá el Premio Cervantes. “La más reciente escritura de Cadenas es una en la que se procuran las paces con la vida, con el lenguaje, con la poesía, con el poeta y con el poema. Todo sin grandilocuencias, como ese silencio que se hace de pronto entre amigos, para que después de admitir que ‘sentir es magnífico; escribir, exultante; habitar, lo sumo’, surja la pregunta, pero ‘¿dónde está el lugar aplacado, el sitio de la reunión, el punto de encuentro solvente?’”
La antología de Cadenas publicada por el FCE por ahora sólo se comercializará en España, pero en unas semanas también se podrá adquirir en México y en otros países de América Latina.
***
El exiliado deplora las patrias.
Rehúye escisiones.
Se encamina hacia el instante.
Comienza a ver. Cuanto lo
rodea recobra su fuerza.
Las cosas se avivan de día en día.
Se adhiere a su cuerpo,
buscando el molde antiguo.
Se reconoce enigma. Despide
la irrealidad.
Ve su cara en el estanque y la
olvida.
De Una isla (1958)
***
He huido. Proclamo mi fuga, héroes generosos, pero estoy aquí. En realidad nadie puede huir. Tú y yo estamos sentenciados a glorificar viejas heridas y a devolver a las aguas nuestro cadáver diario. Verdaderamente permanecemos. Nadie puede escapar. Todos se queman sobre el fuego de sus perplejidades y sus incoherencias. Hay que aceptar el hierro candente del nacimiento como la orilla de donde no partimos. Hemos de quedarnos en este círculo que se abre en la mañana y se cierra en la noche, devorando con fauces volcánicas nuestros espejos. Y no basta llegar al río y decir: Regrésame el hacha de oro con que regaló mi aya los días de púrpura y esperar en los márgenes loados, ni prodigar nuestras inspiraciones a la niebla, ni cerrar como un cofre, en alianza con la noche, los inconfesables raptos, como se clausura un día o un párpado. Imposible fugarse. Somos prisioneros de mirada amorosa o desafiante, pero aherrojados por días color de merluza y nuestra incapacidad de nombrar. La muerte es una nebulosa de donde regresamos para visitar nuestras posesiones. El sueño no existe. Sólo hay este hueco que dejamos al movernos para que ensanchándolo o reduciéndolo otro lo ocupe. Sin embargo, hablamos.
De Los cuadernos del destierro (1960)
Fracaso
Cuanto he tomado por victoria
es sólo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo,
pista de otro espacio más
exigente,
difícil de entreleer es tu letra.
Cuando ponías tu marca en mi
frente, jamás pensé en el
mensaje que traías, más
precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha
perseguido y yo no supe que era
para salvarme.
Por mi bien me han relegado a
los rincones, me negaste fáciles
éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías
defender no otorgándome brillo.
De puro amor por mí has
manejado el vacío que tantas
noches
me he hecho hablar afiebrado a
una ausente.
Por protegerme cediste el paso
a otros, has hecho que una
mujer prefiera a alguien más
resuelto, me desplazaste de
oficios suicidas.
Tú siempre has venido al quite.
Sí, tu cuerpo llagado, escupido,
odioso, me ha recibido en mi
más pura forma para
entregarme a la nitidez del
desierto.
Por locura te maldije, te he
maltratado, blasfemé contra ti.
Tú no existes.
Has sido inventado por la
delirante soberbia.
¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango
limpiándome con una esponja
áspera, lanzándome a mi
verdadero campo de batalla,
cediéndome las armas que el
triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a
la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia
de representar un papel,
mantenerme a la fuerza en un
escalón, trepar con esfuerzos
propios, reñir por jerarquías,
inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde,
silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres,
sino por lo que no me has
dejado ser. Por no darme otra
vida. Por haberme ceñido.
Me has brindado sólo desnudez.
Cierto que me enseñaste con
dureza ¡y tú mismo traías el
cauterio!, pero también me
diste la alegría de no temerte.
Gracias por quitarme espesor a
cambio de una letra gruesa.
Gracias a ti que me has privado
de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me
has obligado.
Gracias por construir con
barro mi morada.
Gracias por apartarme.
Gracias.
De Falsas maniobras (1966)
Poemas de Rafael Cadenas incluidos en el libro Florecemos en un abismo.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/2023/04/24/cultura/a07n1cul