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Los bárbaros, el rey, la Iglesia. Los nómadas del noreste novohispano frente al Estado español

Fecha:
15/07/2023
ISBN: 978-607-16-7403-6
Páginas: 356
Autor: Carlos Manuel Valdés
Editor: Fondo de Cultura Económica
Web editor: www.fondodeculturaeconomica.com

Empiezo fuerte: estamos ante uno de los mejores libros publicados en los últimos años sobre la historia de la presencia española en América. Carlos Manuel Valdés es profesor de la Universidad de Coahuila y ha centrado sus líneas de trabajo en la investigación de los grupos marginales de lo que fue la Nueva España, el actual México. Aquí aborda la historia de las desaparecidas tribus nómadas de lo que fue llamado entonces el Septentrión, espacio que coincidiría a grandes rasgos con el territorio del noreste mexicano y Texas. Es un territorio muy amplio donde se dan distintos climas y paisajes y donde vivieron numerosos grupos indígenas. Los chichimecas o bárbaros, que así eran llamados tanto por los indios sedentarios del sur como por los españoles, se adaptaron a las posibilidades que les daba el medio, desarrollando una vida nómada que se extinguiría en su práctica totalidad a fines del siglo XVIII, quedando solo unos restos que terminan en el siglo XIX. El libro trata sobre este proceso de desaparición, y lo hace a partir de la lectura de numerosas fuentes documentales y arqueológicas, acudiendo a multitud de archivos, muchos de ellos locales, como los de los concejos y parroquias del territorio. Sus conclusiones son demoledoras. Debemos partir de una realidad, y es que las relaciones entre los pueblos nómadas y sedentarios han sido conflictivas muy a menudo, ya que tienen formas de vida incompatibles en el mismo territorio. Los indígenas sedentarios del sur siempre miraron con prevención y rechazo a los nómadas del norte, visión que fue compartida por los españoles cuando llegaron al territorio, pues consideraron que la forma de vida de los nómadas hacía imposible tanto su evangelización como su trasformación en súbditos provechosos para la monarquía, de ahí que Felipe II ordenase su asentamiento en pueblos, cosa a la que se resistieron con todas sus fuerzas hasta que no tuvieron otra opción para sobrevivir. Durante tres siglos la zona conoció numerosas razias de los españoles y sus aliados indígenas, que se internaban en la misma para capturar esclavos que vendían luego para el servicio en las minas y haciendas del sur o del Caribe. La práctica estaba prohibida, pero Valdés prueba con multitud de documentos que era algo común pese a las prohibiciones de la Corona y las denuncias de numerosos clérigos. Esta presión constante, junto con el efecto de las nuevas enfermedades, llevó a una situación tal que muchos grupos indígenas optaron por abandonar su forma de vida e ingresar en las misiones que se iban levantando en el territorio y donde, al menos hasta cierto punto, estaban libres de las persecuciones de los esclavistas y del trabajo forzoso. Allí, los restos de lo que antaño fueron los habitantes originarios de la región, fueron absorbidos por la población hispana y por los indígenas tlaxcaltecas traídos como colonos por las autoridades. La importancia de estos últimos para la consolidación de las misiones fue fundamental: todas las que se fundaron sin tener familias tlaxcaltecas en ellas fracasaron al poco tiempo.Conclusión: este es un magnífico libro que reconstruye un proceso histórico interesante a partir de los documentos que tenemos y que no se deja llevar por prejuicios ni leyendas negras o blancas. Totalmente recomendado.

Acerca del autor:
Antonio Checa Sainz
Desperta Ferro

Acerca del libro:
Los bárbaros, el rey, la Iglesia
Carlos Manuel Valdés