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J. Vásconez: sombra, violencia y tiniebla

Fecha:
02/04/2017
No es el novelista ecuatoriano Javier Vásconez (Quito, 1946) un escritor de afueras, sino de adentros. En el tratamiento de sus personajes, las sombras no dejan paso a luz alguna, pues son merodeadores de nieblas y tinieblas; aparecen, se van, reaparecen oscuros y ajenos al mundo, distantes y misteriosos. Al construirlos el escritor opera (obsesivo, tenaz, analítico) más en profundidad que en extensión y, así, resultan ser figuras de pesadilla y como fantasmagóricas, perturbadoras e inquietantes. Es Vásconez un autor con un muy personal mundo narrativo por el que encontramos huellas de Kafka y de Faulkner, de Dostoyevski y de la novela negra, de escenografías bipolares: ciudades difusas entre el viento y la niebla, escenarios indigenistas de alta sierra y llanura, pero también de mansiones y jardines, con mucho deterioro y mucha ruina, con personajes devastados por el tiempo (gran destructor) y la soledad, por pasiones violentas y autodestructivos secretos.

Es Javier Vásconez uno de los contadísimos escritores que conocí personalmente, en Santiago, hace ya más años de los que yo quisiera. Leí buena parte de su obra, algunos títulos en primeras ediciones ecuatorianas que me regaló. Tuvo la suerte, más que merecida, de “fichar” por Alfaguara, donde reaparecieron “El viajero de Praga” (1996), “Un extraño en el puerto” (1998) o “La sombra del apostador” (1999), ejes de su novelística y espacios por los que entrevemos a un personaje que es su misma sombra, el esquivo Josef Kronz, médico checoslovaco de andadura errática y huidiza, extraño en un mundo que no le atañe y donde no encuentra lugar ni acomodo y sí rupturas hostiles y fracasos, un radical malestar existencial. Y la muerte, pisándole los talones.

Reaparece Kronz en la novela breve “La otra muerte del doctor”, escrita en 2011, una de las cuatro piezas reunidas en el volumen “Novelas a la sombra” (Fondo de Cultura Económica, 2016), bien prologado por Christopher Domínguez Michael. La pieza de cabecera, “Jardín Capelo”, es la más temprana de las cuatro, pero es ya, con sus elementos autobiográficos, más que representativa del autor: novela de jardines, ruina, miseria y ocaso, de algún personaje atroz y algún otro violentamente degradado. Novela oscura y destructiva, cruel y violenta.

La escritura de Vásconez es una prosa compacta y trabajada, es un tejido verbal opaco dotado a veces de un descriptivismo sensorialista, de diálogos que muestran lacónicos filos y de una narración por la que sobrenada el miedo y el misterio en acecho constante mientras el escritor habilita resortes para meter al lector en mortales laberintos e interiores eficazmente velados, sugeridos. Vásconez acredita en sus ficciones gran economía de medios y el asedio constante a sucesos y personajes. Posee ese don de resultar inconfundible para quien lo lee; es decir, para quien lo ha leído. Nunca, que yo sepa, ha jugado a publicitarse. Tampoco lo necesita.
 

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Acerca del autor:
Luis Alonso Girgado
Suplemento Dominical. Diario de Arousa

Acerca del libro:
Novelas a la sombra
Javier Vásconez