Fecha:
04/01/2014
Hace casi veinte años el gran helenista Carlos García Gual publicó un libro titulado La Antigüedad novelada (Anagrama, 1995), y hace algo mas de diez, Apología de la novela histórica y otros ensayos (Península, 2002). Esta es una reedición del primero de esos dos libros, enriquecida con una selección del segundo y con otros ensayos nuevos que no figuraban en ninguno de los dos. En definitiva, se trata de la edición definitiva de los textos que García Gual ha dedicado a la novela histórica centrada en el mundo griego y romano, como reza el subtítulo del volumen.

La obra se divide en dos grandes zonas, concordantes con cada uno de los dos enunciados de su rótulo: "La Antigüedad novelada" y "La ficción histórica". En "La Antigüedad novelada" se aborda, en primer lugar, el fenómeno novelesco en la Grecia antigua para pasar luego al estudio de la novela histórica de tema clásico en el siglo XVIII (el Telémaco de Fénelon, el Anacarsis del abate Barthélemy o el Anteror de Lantier, entre otras) y en el XIX (Los últimos días de Pompeya, de Bulwer-Lytton, la Hipatia de Kingsley, la Fabiola del cardenal Wiseman, la Salambó de Flaubert, el Ben-Hur de Wallace, Mario el epicúreo de Pater o Quo Vadis?, de Sienkiewicz, por citar solo algunas de las novelas estudiadas en detalle por Gual).

Futuros nombres

En el siglo XX, el autor da una visión panorámica, estableciendo una tipología que comprende novelas mitológicas, biografías novelescas, novelas de gran horizonte histórico, novelas de amor y aventuras y relatos de intriga, y aporta al final algunos ejemplos ilustres, entre los que se cuentan, cómo no, Robert Graves, Marguerite Yourcenar y Thornton Wilder con sus respectivas obras maestras Yo, Claudio, Memorias de Adriano y Los idus de marzo, espléndidas recreaciones imaginarias -aunque sólidamente documentadas- de la Antigüedad romana.

"La ficción histórica" acoge media docena de ensayos extraídos de la Apología de la novela histórica publicada en 2002 por Península "que amplían o desarrollan -como dice el autor- algunos temas sugeridos en las página anteriores". García Gual reconoce que, de haber escrito esas páginas en la actualidad, hubiese incluido comentarios sobre novelas aparecidas con posterioridad, de José Luis Corral o Santiago Posteguillo, lo que llevará a cabo en próxima ocasión. No faltan, son embargo, novelas históricas de fuste en esta segunda zona del libro, como es el caso de El conde Belisario, de Graves, o de La muerte de Virgilio, de Hermann Broch, analizadas como muestras sobresalientes de este tipo de narrativa en el siglo pasado.

Selección personal

Cierra el tomo una lista de ocho novelas históricas que elaboró García Gual a petición del suplemento cultural de un periódico español y que no solo incluye relatos ambientados en el mundo clásico, sino novelas históricas lato sensu. No me resisto a reproducirlas aquí, pues constituyen una apuesta de lectura muy digna de tenerse en cuenta: además de las citadas ya Quo Vadis?, Yo, Claudio y La muerte de Virgilio, Gual elige Espartaco, de Howard Fast; La marcha Radetzky, de Jospeh Roth; De noche, bajo el puente de piedra, de Leo Perutz; Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, y La gran marcha, de Doctorow.

Una excelente selección que, siendo personal, no carece de la debida objetividad. Y una buena manera, asimismo, de concluir un libro que gustará, sin duda, a un amplio número de lectores, pues está escrito desde dentro, con un estilo claro y atractivo, una erudición accesible y, sobre todo, con una pasión contagiosa por el tema objeto de estudio.

Acerca del autor:
Luis Alberto de Cuenca
ABC Cultural

Acerca del libro:
La Antigüedad novelada y la ficción histórica
Carlos García Gual