Fecha:
10/02/2018
Hay libros que hacen imposible que la historia de la literatura vuelva a contarse como antes que aparecieran. La antología Ellas tienen la palabra (Hiperión, 1997) fue uno de esos. Preparada por Noni Benegas y Jesús Munárriz, incluía a 41 poetas nacidas entre 1950 y 1971, es decir, de Anna Rossetti a Ana Merino. En medio, nombres como Olvido García Valdés, Ángeles Mora, Chantal Maillard, Concha García, Isla Correyero o Luisa Castro. Doce años antes, la misma editorial había publicado Las diosas blancas, que, preparada por Ramón Buenaventura, ya dejaba intuir que buena parte de lo más audaz de la poesía española reciente era obra de mujeres. Dos décadas después de aquella selección que hizo época, Noni Benegas publica como ensayo exento de su largo estudio preliminar y –con Internet y el 15-M en el horizonte– varios textos que lo actualizan. Aunque Ellas tienen la palabra era, sociología aparte, una lectura a secas, volver hoy a los argumentos de Benegas es recordar que hace 20 años todavía era necesario señalar que las escritoras habían puesto en escena el cuerpo como tema y asumido la ironía como recurso. Después de un siglo en el que cada antología guardaba a las escritoras un rácano espacio por generación –ya fueran Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre, María Victoria Atencia o Ana María Moix para el 27, los 50 o el 68–, nada ha vuelto a ser como era desde que alguien demostró que la toma de la palabra tiene siempre un efecto revolucionario.
Fuente:
https://elpais.com/cultura/2018/02/09/babelia/1518177509_756272.html