Fecha:
02/04/2013
La música en España en el siglo XX, volumen dirigido por Alberto González Lapuente, es un amplio y meritorio trabajo que analiza con enfoque musicológico y sociológico uno de los periodos más controvertidos en nuestra historia. Durante mucho tiempo, la reflexión acerca de la música española contemporánea -acepción genérica que termina englobando a buena parte de la creación musical del siglo XX- ha buscado amparo en dos actitudes: la tautología y la descripción. Se trataba de modalidades distintas que, sin embargo, respondían a un mismo fin. Enunciar lo evidente y describir lo evidente eran dos maneras de eludir el análisis crítico y reemplazarlo por una exposición impermeable a toda clase de cuestionamiento, debate y revisión. Pero la historia de la música española a lo largo del siglo XX también ha sido tautológica en un sentido más profundo. Si exceptuamos a unas cuantas figuras de referencia como Adolfo Salazar o Enrique Franco, la elaboración de la reflexión histórica sobre la música española del siglo XX ha corrido en buena medida a cargo de los propios compositores españoles. Esto es algo natural y ha ocurrido en muchos países, pero el caso español presenta anomalías y descompensaciones. Aquí, por ejemplo, incluso artículos o ensayos escritos por terceros se han limitado en varias ocasiones a ser mero reflejo de lo que los compositores opinaban de sí mismos, de su papel histórico y de sus creaciones. Últimas décadas Por supuesto que los compositores tienen todo el derecho en expresar sus puntos de vista sobre la música propia y ajena, presente y pasada. A creadores como Schoenberg, Debussy o Boulez debemos reflexiones histórico-estéticas de gran calado y originalidad, pero su voz ha de ser en todo caso integrada y equilibrada por otros elementos, pasada por el filtro del análisis y situada en el contexto oportuno, pues el compositor no deja de ser parte integrante de la realidad que busca interpretar. En el panorama musical español del siglo XX, ese equilibrio no se ha dado siempre con la frecuencia deseable, y esta circunstancia ha tenido un impacto empobrecedor en la articulación del debate estético. Aun así, sería injusto imputar a los compositores el hecho de ocupar durante mucho tiempo espacios que la musicología española había dejado vacíos, bien por desinterés, bien por incapacidad, bien por prejuicio. Afortunadamente, las dos últimas décadas han marcado un punto de inflexión tanto en la cantidad como en la calidad de los trabajos musicológicos dedicados a la música contemporánea. Un saludable espejo de estos cambios puede considerarse el séptimo volumen de la Historia de la Música en España e Hispanoamérica que el Fondo de Cultura Económica publica bajo la dirección y coordinación de Juan Ángel Vela del Campo. Desde un enfoque multidisciplinar, la materia se ha repartido por géneros y épocas entre cinco especialistas: Jorge de Persia se ocupa del las primeras décadas del siglo hasta la Guerra Civil. Gema Pérez Zualdondo se centra en el período que va desde la Guerra Civil hasta 1956. Germán Gan firma el capítulo dedicado a la afirmación de una vanguardia musical española entre finales de los cincuenta y comienzos de los setenta. Víctor Pliego analiza el papel de la música en la sociedad española a lo largo del siglo, mientras que Alberto González Lapuente -director del volumen- se reserva tres temas: la creación musical más reciente, la creación operística y la zarzuela. El marco social Cabe decir que un trabajo de estas características debería tener una función de recapitulación, pero lo cierto es que en algunos casos se ve abocado precisamente a lo contrario: a abrir caminos, trazar mapas y asentar el terreno. Es el caso de la creación más actual pero también de un período hasta ahora poco transitado por la musicología como el de las primeras décadas del franquismo. Aquí, Pérez Zualdondo parece moverse a veces como una trapecista sin red, aunque sale airosa de la tarea. A Jorge de Persia le ha tocado la época tal vez menos problemática, pues el período que tiene asignado ha sido objeto de numerosos análisis dentro y fuera de España. Tanto su exposición como la de Germán Gan destacan por el tono claro, el sobrio y certero juicio así como por la complejidad del panorama que ambos investigadores dibujan. Un carácter más sociológico reviste la aportación de Víctor Pliego. Los temas son múltiples e interesantes -el público, la educación, los auditorios, los intérpretes, la crítica, los medios de comunicación...- pero rara vez su elaboración incide en la superficie de los datos y da pie a análisis de más hondo calado. Incluso en el aspecto exquisitamente sociológico, algunos aspectos tratados por Pliego reciben un tratamiento más convincente en otras secciones, como las firmadas por González Lapuente, donde la reflexión musicológica siempre busca el diálogo con el marco cultural y social en el que se desenvuelve. En el caso de zarzuela, González Lapuente se mueve, además, en un terreno en donde disfruta y consigue que el lector disfrute, firmando el capítulo de más amena lectura de todo el libro.
Fuente:
http://www.abc.es/cultura/musica/20130402/abci-libro-musica-espanola-siglo- 201304011849.html